¡ORGULLO COPEYANO! Museo de los Niños, legado de la Democracia Cristiana

Caracas.-  El Museo de los Niños es una institución privada, sin fines de lucro, ubicada en Caracas, Venezuela.

Fundado por Alicia Pietri de Caldera es un ambiente ideado para que los niños “aprendan jugando” con los principios de la ciencia, tecnología, arte y valores fundamentales de la sociedad.

El museo presenta a los visitantes exhibiciones en donde los niños pueden interactuar con componentes mecánicos, electrónicos, seres vivos y mobiliario, acompañado de material didáctico visual.

Cómo surge tan maravillosa y precursora idea

A principios de la década de los setenta Alicia Pietri de Caldera concibió la idea de crear un museo para los niños y jóvenes venezolanos que no se pareciera a los museos tradicionales.

En el periodo 1969-1974 Doña Alicia, en su condición de Primera Dama de la República y Presidenta de la entonces Fundación Festival del Niño, puso en práctica el Programa Arte y Cultura para los Niños, con la intención de desarrollar sus capacidades mediante actividades participativas.

El programa evidenció la necesidad de vincular al niño con el arte, la ciencia y la tecnología para despertar aptitudes y dar respuesta creadora a las inquietudes e interrogantes del hombre del futuro.

Alicia Pietri de Caldera (Octubre, 14 de 1923 – Febrero, 9 de 2011).

Esta necesidad se transformó en el objetivo de la Fundación Privada Museo de los Niños.

El 5 de agosto de 1982, el Museo de los Niños abrió sus puertas en su actual sede en el Parque Central (Caracas) en el centro de la ciudad.

Años más tarde, ante el auge de los conocimientos espaciales se tomó la decisión de hacer una exposición permanente sobre los temas de la exploración espacial y los avances de la astronomía y astronáutica.

En 1987 la Fundación inicia conversaciones con la National Aeronautics and Space Administration (NASA) y otras instituciones estadounidenses para hacer una rigurosa investigación y determinar lo que se presentaría al público.

El resultado condujo a que el 12 de octubre de 1993, se abriera al público un nuevo edificio que aumentaba la capacidad de visitantes, conectado al otro ya existente.

Alicia Pietri de Caldera junto al equipo en la apertura de la exposición permanente «La Conquista del Espacio», en 1990.

“Prohibido no tocar” y “Aprender jugando”

La experiencia condujo a proponer un proyecto visto por muchos como una utopía irrealizable, pero que la voluntad inquebrantable de Alicia Pietri de Caldera llevó adelante en condiciones bastante difíciles. Debía ser algo diferente. Un gran laboratorio para experimentar y explorar, en el cual las máximas fundamentales serían “Prohibido no tocar” y “Aprender jugando”.

Un sitio donde se permitiría: tocar, resolver, explorar, inventar, relacionar, crear, participar y responder.

 Una nueva alternativa para educar a través de la recreación, estimular el aprendizaje a través del descubrimiento, enseñarle al niño un camino al conocimiento que parte de las cosas simples que lo rodean y lo llevan a otras más complejas.

La nueva institución se concibió como una propuesta distinta a la del museo estático, donde el visitante se limita a mirar lo que tiene ante sus ojos.

El Museo de los Niños de Caracas sería un lugar donde se participaría directamente; donde se iría a explorar y a adquirir conocimientos para descubrir los por qué y para qué de las cosas.

Sería un centro educativo-recreativo que representaría una alternativa no formal para el aprendizaje, pues complementaría y reforzaría los conocimientos adquiridos en la escuela al tiempo que fomentaría la creatividad y ayudaría a descubrir aptitudes que más tarde influirían en la elección profesional.

Visión y propósito del Museo de los Niños

Para determinar las áreas del conocimiento y las edades de los niños a quienes se dedicaría el Museo de los Niños de Caracas (el primero en América Latina) se consideraron los siguientes elementos:

  • El análisis de los intereses de los niños, documentados a través de las encuestas: la curiosidad infantil prefería lo contemporáneo, la tecnología y la ciencia.
  • Las características del niño y el joven venezolano.
  • La necesidad de reforzar los conocimientos adquiridos en la escuela.
  • La carencia de talleres o institutos infantiles dedicados a la ciencia, donde el niño pudiera aprender principios científicos mediante el juego.
  • La convicción de que un museo de ciencia y tecnología tiene un papel destacado en la popularización y difusión de los conocimientos indispensables para mejorar la calidad de vida de las generaciones futuras.

Como resultado se estableció que las áreas básicas del Museo serían: Biología, Comunicación, Ecología y Física, presentadas a través de exhibiciones y experiencias dirigidas a niños entre 6 y 14 años.