Caracas.- Desde muy joven, Elys Ojeda González supo que su lugar estaba donde se toman las decisiones que definen el rumbo de un país. A los 16 años, mientras otros adolescentes apenas comienzan a explorar sus pasiones, ella ya había abrazado la suya: la política.
Se unió a COPEI con la firme convicción de que la Democracia Cristiana podía ser una herramienta poderosa para transformar vidas, especialmente la de las mujeres venezolanas.
Esa forma de mirar la vida con compromiso social, sentido ético y fe en la dignidad humana fue quizás lo que la llevó a obtener dos licenciaturas: una en Educación y otra en Filosofía.
Con esa mezcla de formación académica y vocación política, Ojeda fue una de las aguerridas fundadoras del Frente Nacional de Mujeres, un espacio que se convirtió en refugio, trinchera y plataforma para cientos de mujeres que querían alzar la voz. Su influencia transformadora no se detuvo ahí: como presidenta vitalicia del Frente Femenino Copeyano (FFC), dejó una huella imborrable y se convirtió en una voz apasionada por la participación política de la mujer.
Su liderazgo fue tan sólido que durante más de 20 años formó parte de la Directiva Nacional de COPEI, y nunca dejó de insistir en que la igualdad entre hombres y mujeres no era una consigna, sino una necesidad inmediata sin la cual no hay democracia plena ni desarrollo sostenible.
En el seno del partido COPEI, también asumió con firmeza la presidencia del Tribunal Disciplinario. Ahí su ética y sentido de justicia marcaron pauta.
Como vicepresidenta de la Comisión Electoral Nacional de COPEI (CEN), su presencia fue sinónimo de seriedad, responsabilidad y respeto por los procesos democráticos.
Una hija bolivarense comprometida con Venezuela
Nacida en el estado Bolívar, Elys Ojeda González fue también diputada del Congreso Nacional durante tres períodos consecutivos. Y no fue una parlamentaria más; en esa labor constante de representación, legislación, fiscalización y construcción de país, fue una voz firme, clara y comprometida con los derechos de las mujeres, con la educación y con la ética en la política.
Durante el gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984), Ojeda tuvo un rol activo dentro del gabinete presidencial. Acompañó al mandatario en diversas giras internacionales y siempre llevó consigo su mirada aguda y su compromiso con el país. También colaboró estrechamente en cada una de las iniciativas de la primera dama, Betty Urdaneta de Herrera, y aportó sensibilidad, organización y vocación de servicio.
Y aún más: su trabajo trascendió fronteras, y como integrante de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) llevó la causa femenina a escenarios internacionales.
Hoy, aunque su voz ya no resuena en foros políticos, sociales y multilaterales, Elys Ojeda González permanece como presidenta honoraria de Mujeres Demócratas Cristianas de América (Mudca), designación respaldada por el voto de 86 países. Ese nombramiento honra una vida dedicada a inspirar, articular y movilizar voluntades en favor de la equidad de género.
Cada martes, con paso sereno y firme, se le veía llegar a Cujicito. Apoyada en su bastón —y a veces en la mano solidaria de algún compañero del Comité Nacional de COPEI— cruzaba el umbral de esta casa que, por décadas, ha sido el corazón operativo y espiritual de la tolda verde. Lo hacía con la misma determinación de siempre, como si el tiempo no hubiera hecho mella en su compromiso.
Apenas hace unos días se ausentó de este espacio donde renovaba su compromiso con Venezuela y con la Democracia Cristiana, con 90 años a cuestas y una vida entera entregada a la agenda política de las mujeres en Venezuela y América Latina.
Su ausencia se siente como un susurro que falta en la casa que tantas veces la vio llegar, firme y serena, como si el tiempo nunca hubiera podido con ella.
Hoy despedimos a Elys Ojeda González, una mujer que nunca se rindió, cuya vida fue testimonio de compromiso, liderazgo y convicción democrática. Que su memoria nos abrace y nos impulse, y que su ejemplo nos siga convocando en cada paso que demos Por La Venezuela Posible.
A su familia, todo nuestro afecto y un abrazo nacido del corazón.
Paz a su alma.
Comité Nacional de COPEI
