Decenas de estudiantes de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho en Anzoátegui han salido a las calles de Barcelona a protestar por el alza de la matrícula escolar que ubica un semestre entre 600 a 800 dólares. En medio de esta polémica, el joven presidente de Copei en el municipio Simón Bolívar del estado, Francisco Navas, expresó su solidaridad con ellos y afirmó que los “estudiantes tienen que escoger entre comer o estudiar”.
“Como joven, como dirigente estudiantil que fui, como estudiante que soy y como ciudadano me siento identificado con las manifestaciones de los alumnos de la Gran Mariscal, pues esos altos costos vulneran su derecho a estudiar”, acotó.
El dirigente democristiano agregó que la casa de estudio superior debería reconsiderar el costo del semestre y más cuando la institución privada no está cancelándole adecuadamente a los docentes que imparten cátedra en esa universidad.
“Es injusto que un alumno pague 800 dólares el semestre, mientras que un docente apenas si reciben 8 ó 10 bolívares la hora por dar clases. Es algo incongruente, con lo cual nadie puede estar de acuerdo”, apuntó.
Francisco Navas indicó que lo que se vive en la universidad privada en Anzoátegui es reflejo de la descomposición económica y el desequilibrio que existe en un país con una economía caótica.
“Se respeta la propiedad privada y el derecho de los dueños a establecer tarifas justas, sin embargo lo que sucede con este caso es que las políticas son injustas, pues los costos para los estudiantes son altísimos y el pago a sus trabajadores, ya sean docentes, personal administrativo y obrero, es bajísimo”, sentenció.
Añadió que muchos jóvenes habían iniciado emprendimientos para costearse sus carreras universitarias, sin embargo ante el cambio de tarifas muchos tendrán que abandonar sus sueños de emprender para seguir estudiando o, a la inversa, dejar de estudiar para seguir trabajando.
Copei apoya a los estudiantes en este reclamo y exhorta a las autoridades académicas a rectificar y recordar que el derecho a la educación debe ser garantizado.