Como firmes creyentes de la doctrina social de la iglesia y el poder que se profesa y se transmite con la fe, nos pronunciamos ante el asombro de lo que ocurre en el hermano país, Nicaragua, por el hecho manifiesto de aprehensión del obispo, Ronaldo Álvarez, y demás laicos de la institución eclesiástica, por lo que rechazamos contundentemente estas acciones de vulnerabilidad social.
Desde nuestra nación y como representantes de una organización cuyo símbolo continuó es el de la pacificación y el diálogo, nos hacemos solidarios con la Iglesia Católica de Nicaragua y el mundo, dando por entendido que respetamos la motivación individual en la libertad de culto y religión, así como el estandarte de la expresión genuina de opiniones en el marco del respeto y sin restricciones democráticas.
Por supuesto, instamos a la resolución de este y cualquier otro conflicto que incida en la paz de ese país, exhortando respetuosamente que todo se consuma bajo el precepto del entendimiento que en primera e importantísima instancia repercute en el bien que debe privilegiar a todos los nicaragüenses.
Nuestro llamamiento seguirá sosteniendose en los puentes de la confianza mutua entre todas las instituciones procurando la defensa y respeto de los DDHH de todos. colaborar para servir.
